Santa

Paula Montal

La Fundadora de nuestra Congregación es  SANTA PAULA MONTAL DE SAN JOSÉ DE CALASANZ, una mujer nacida en Arenys de Mar (Barcelona) el  día 11 de octubre de 1799.

Su

vida

La Fundadora de nuestra Congregación es  SANTA PAULA MONTAL DE SAN JOSÉ DE CALASANZ, una mujer nacida en Arenys de Mar (Barcelona) el  día 11 de octubre de 1799 y cuya vida se prolongó hasta el 26 de febrero de 1889 día en el
que falleció en el último colegio  por ella fundado en Olesa de Montserrat.

A ti lector que entras en esta Web decirte que si indagas en la vida de esta mujer te sorprenderás. Encontrarás una joven decidida que en el convulso Siglo XIX, en una Cataluña que vive ya la revolución industrial, fija su mirada en las niñas que no tienen derecho a la educación y en las mujeres sin más porvenir que la fábrica, las redes marinas y el cuidado del hogar.

Encontrarás también a una joven con interés por el saber, que aprende a leer, que se forma, que ayuda a su párroco en la catequesis, que se siente llamada a ser maestra, que quiere algo más para su vida y que un día cuando ya tiene treinta años, marcha con su amiga Inés Busquet  a Figueras (Gerona) para allí, sin medios económicos (treinta reales, dicen las crónicas), pero fiada de la Providencia, abrir su primera escuela para niñas.

Lo suyo fue ser maestra de niñas, y así aparecen en el padrón de Figueras, pero había un algo más en ella que la impulsó a querer que su obra perdurara en el tiempo. Se encontró con los Escolapios y vio que san José de Calasanz había hecho algo estupendo con los niños en el siglo XVII, ¿Por qué no hacer algo similar con la mujer en el Siglo XIX? Decidió entonces dedicar su vida a Dios y a las niñas…así nació la Congregación de Hijas de María, religiosas escolapias. El 2 de febrero de 1847 emite sus votos religiosos con cuatro compañeras más.

Esta fecha marca el inicio de una etapa de Paula Montal como FUNDADORA, en la que se verá crecer en distintos lugares de Cataluña las escuelas de las Hijas de María, Escolapias.

Sabadell, Igualada, El Vendrell, Masnou, Blanes, Barcelona, Olesa de Montserrat, se verán agraciadas con la presencia de estas escuelas en las que las niñas de toda condición social pueden ser educadas. Personalmente madre Paula vive una etapa de plenitud y madurez. No ha sido elegida como Superiora general (dato que a todos sus biógrafos llama la atención), ella lo lleva muy bien y ve en eso la mano providente de Dios. La nombran  Maestra de Novicias; allí en el noviciado de
Sabadell, se forman las primeras escolapias de la mano de la que tuvo la idea original, de la mano de quien es depositaria del carisma recibido, de la mano de quien siendo fiel a Dios día a día está viviendo con la ilusión de “ser una verdadera escolapia”; lo vive y lo sabe transmitir.

En 1859 Paula Montal es enviada a fundar en Olesa, pequeño pueblo a  los pies de la montaña de Montserrat, fue la última fundación y quizás la más querida, allí puedo desplegar madre Paula su ser de escolapia, su corazón de madre, entregada a sus hermanas de comunidad, a las niñas y a sus familias, especialmente a las que más la necesitaban, a las más pobres… Los testimonios más entrañables de alumnas corresponden a estos años “madre Paula era una madre, una verdadera madre”.

En Olesa recibió Madre Paula la alegre noticia de la aprobación del Instituto por ella fundado. En 1860 Pio IX  firmaba el decreto de aprobación y en 1870 se recibía la noticia, tan esperada, de la aprobación de las Constituciones. El Papa León XII firmaba el 7 de enero el decreto de aprobación.

En Olesa se fraguó el amor esponsal de Paula Montal con su Dios y Señor. La oración fue para ella la respiración de su alma enamorada, cuando los años la retiraron de las clases y de muchas de las tareas de la vida ordinaria, su tiempo era para su Dios.

Se convierte así Paula Montal en una maestra de lo esencial, en maestra de oración, enseña en su ancianidad la felicidad que entraña una vida entregada a Dios y a los niños, a las familias, a los pobres.

Fue la de Paula Montal una vida larga para su época, oigamos a la cronista: “El día 26 de febrero, agotadas sus fuerzas físicas, se durmió en el Señor, sin agonía, quedando su rostro agradable como si en él se trasluciese la felicidad de su hermosa alma. Tenía 89 años, 4 meses y 16 días, y 42 de profesión religiosa, pasados todo en servir y amar a Dios”.

En el Siglo XX la iglesia reconoció su santidad. El 18 de abril de 1993 madre Paula es beatificada por Juan Pablo II y el 25 de noviembre de 2001 Paula Montal de San José de Calasanz es canonizada y puesta como ejemplo de seguimiento para todos los cristianos.