Que el Espíritu siga llenándonos de todos sus dones según su misericordia y nuestra fragilidad,

que sin Él nada somos. Y con Él todo lo podemos.

Abrámonos hermanas a su acción, sin miedo. Inunda nuestros corazones de fe, amor, paz, coraje, esperanza.

Dispuestas!!

AQUÍ ESTOY, TÚ SABES CÓMO
Aquí estoy, Señor, a tu lado,
entre estremecida y asustada,
aturdida y expectante; sin saber cómo he llegado,
sintiendo que avivas, en mi corazón,
las cenizas del deseo y la esperanza
y despiertas, con un toque de gracia, mis entrañas yermas.
Aquí estoy, Señor, a tu lado,
con el anhelo encendido, con el deseo disparado
con los ojos atentos y los pies prestos;
aguardando lo que más quiero –tu abrazo-,
luchando contra mis fantasmas y miedos,
desempolvando mi esperanza olvidada,
nuestras promesas y encuentros.
Aquí estoy, Señor, a tu lado,
medio cautiva, medio avergonzada, necesitada, enamorada…;
queriendo despojarme de tanta inercia y peso,
rogándote que cures las heridas de mi alma
y orientes mis puertas y ventanas
hacia lo que no siempre quiero y, sin embargo,
es mi mayor certeza.
Aquí estoy, Señor, a tu lado, ¡Tú sabes cómo!